jueves, 25 de abril de 2013

¿Buscamos reconocimiento?



Es importante que a un niño se le  trate como ser  único. Es necesario darle reconocimiento. Es labor de padres y profesores. Se logra más  con el apoyo que con el castigo. Es paradójico. Cuando hay apoyo suficiente surge el poner límites.

¿Qué niño rechazaría proponer su dibujo a la admiración de sus familiares y si es posible a todas las personas que le rodean? Espera reconocimiento.

¿Se ha educado  a los niños en esta actitud?

¿Se ha educado a los niños en esta dependencia?

¿Preguntar a un niño qué es lo que dibuja? ¿Es esto correcto?

Decir “haz un dibujo”, parece decir subliminalmente, haz un dibujo y tienes que esforzarte para merecer mi aprobación.

¿Los señores  adultos entienden de Plástica? NO.

El niño aprenderá a dibujar como el adulto quiere. Yo diría que se trata de un compartimiento normalizado y forma parte de una cierta concepción de la educación.

¿A quién queremos gustar?

¿A la familia?

¿A la madre?

¿Al padre?

¿Al profesor?

¿Al maestro?

¿A un  amigo?

¿A un seductor?

¿A un manipulador?

¿A un jugador destructivo?

¿A la sociedad?

¿A los críticos?

¿A los compradores?

¿A los galeristas?

No debemos esperar reconocimiento en el acto creativo. El reconocimiento viene después.

El acto creativo se alimenta de necesidad y emergencia interpretativa.

La belleza está  siempre presente  para quien sepa descubrirla.

Quiero hablaros de los grandes creadores. La CREACION no espera reconocimiento, surge como vida que es. ES VIDA NUEVA.

No  hay lugar para vulgaridad.

El  reconocimiento está en el talento del espectador, pero viene después.

Los ejercicios conscientes e inconscientes de Plástica, nos ayudan a ser creadores, espectadores y mejores personas.

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